Técnicas Curativas

Centro Fénix de Naturopatía tiene el placer de invitarles
a conocer sus técnicas curativas,
probadas y usadas por cientos de miles de personas,
con éxito, en todo el mundo; para el remedio de síntomas como: Depresión, Estrés, Ansiedad.
Dolores musculares y deterioros óseos.
Problemas respiratorios y alergias.
Dependencias y algias





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martes, junio 16, 2015

La Teoría de Campos Unificados

Si insertas a un tetraedro dentro de una esfera (el cual se adapta perfectamente a su interior), sucede que un punto del tetraedro tocará la esfera en uno de los polos y los otros 3 puntos se cruzarán en una latitud muy específica: 19,47 grados (norte o sur del ecuador dependiendo de la orientación).
Cuando una esfera es atravesada a 19,47 grados, se divide el área de la esfera en una relación de 1/3 a 2/3 exactamente.
La teoría del “Campo Unificado” se centra en que la estructura del espacio-tiempo se encuentra “llena” (de energía) y se compone de una geometría subyacente que es una matriz tetraédrica infinita con formas de onda esféricas discretas llamadas unidades de Planck esféricas (PSU), las cuales se encuentran alrededor de cada tetraedro: La Flor de la Vida en 3D con una estructura reticular infinita.


Existe una especial actividad energética que se presenta en la Latitud 19,47 grados, dentro de los cuerpos celestes.
Esto incluye a nuestra Tierra. Si ponemos un tetraedro dentro de una esfera, el tetraedro tocará la esfera exactamente a 19,47 grados (norte o sur, dependiendo de la orientación del tetraedro).
Es en esta latitud que vemos muchas características importantes en esferas (planetas) en todo el sistema solar. Es decir que si ubicas en un mapamundi la latitud 19,47, encontrarás diversos puntos interesantes. Por ejemplo, la cultura teotihuacana, construyó precisamente en esa latitud, el complejo de pirámides más importante que se ha construido en Mesoamérica: Teotihuacán (al norte de la Ciudad de México.) Teotihuacán México.
En esta misma latitud se encuentra el volcán más activo de la Tierra en una de las islas de Hawai. También el volcán más activo de nuestro sistema solar se encuentra en Marte y se localiza igualmente en ésta misma latitud. Las manchas solares más grandes y activas se encuentran en la latitud 19,47 (norte y sur) y el famoso ojo de Júpiter también.

Así es que la misma geometría nos indica que ésta latitud presenta un actividad energética especial escondida detrás de la intersección entre la esfera y el tetraedro.
Vemos que en ésta misteriosa latitud repetidamente se presentan lugares de poder a lo largo del Universo.
Increíble que culturas tan antiguas prehispánicas hayan construido sus pirámides precisamente en ésta particular latitud. No hay casualidades.

Estos descubrimientos son una selección geométrica que es fundamental para la creación y, de ese modo, pueden emerger los pilares para la Teoría de Campos Unificados.
Esta investigación tiene grandes implicaciones en campos como la física teórica y aplicada, la cosmología, la biología, la química, la sociología, la psicología y la arqueología… y tiene el potencial para solucionar los temas más urgentes de nuestros tiempos.

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domingo, mayo 31, 2015

La Vida Tiene Fecha de Caducidad

Cuando sabes que vas a morir, tu visión del mundo cambia. La muerte no es tan mala como parece, su sombra nos da premura. Pero, tu visión del mundo cambia, porque prácticamente todo: las expectativas de los demás, el orgullo mal entendido, el miedo al fracaso y el temor al ridículo se desvanecen frente a la muerte, dejando a la vista sólo lo que es verdaderamente importante. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir lo que dicta tu corazón. Recuerda continuamente que pronto vas a morir, ayuda a evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder y es la herramienta más importante que puedes encontrar para tomar las grandes decisiones de la vida.


Casi todos tenemos miedo a morirnos, pero no a la muerte. La mayoría de la gente está consciente de que algún día va a suceder. Que ese día va a llegar. La muerte es el destino que todos compartimos. Sin embargo, ni siquiera la gente que está segura de “ir al cielo” se quiere morir para llegar a ese lugar antes de tiempo.

Cuando eres consciente que el tiempo es limitado, no lo malgastas viviendo la vida de alguien distinto. No quedas atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que debes vivir. No dejas que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Pero lo más importante, es que por fin tienes el coraje para hacer lo que dice tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué te quieres convertir realmente. Todo lo demás pasa a un plano secundario.

Si este día fuese el último día de mi vida ¿Querría hacer lo que estaba haciendo hasta ese momento? Si la respuesta es un rotundo “no” durante muchos días seguidos, es señal que necesitas hacer cambios y reenfocar tus esfuerzos.

Morir en paz con uno mismo, así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada, propicia una dulce muerte. No pierdes ante la dificultad de los retos, sino contra la dureza del tiempo. Mientras piensas que estás aprendiendo a vivir, también aprendes cómo morir. Si crees que la vejez tiene por alimento la sabiduría, hay que arreglárselas en la juventud de tal modo que cuando entren los años no le falte sustento. Una vida ocupada resulta en una vida larga. La clave es nunca detenerte. No hay tiempo en esta vida para hacer pausas. Ya vendrá la pausa suprema que es la muerte. Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto. La naturaleza nunca quebranta sus propias leyes.

La búsqueda de la belleza debe ser el único objetivo para un artesano. La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte. Sólo en el arte se puede trascender más allá de la muerte. La vejez es un estado mental, no físico.

A veces se siembra y a veces se recoge. Un hombre cabal no repara en ello. Trascienden las obras, no los hombres. El renombre del rico termina con su vida; se recuerda el tesoro, pero no al tesorero. Al final de la partida, el Rey y el Peón terminan en la misma caja.

Considerad la esperanza o el deseo de volver a vuestro lugar de origen o de regresar al caos primordial, como la polilla que busca la luz o el hombre que siempre mira hacia delante, hacia cada nueva primavera y cada nuevo verano, con una nostalgia perpetua… creyendo que las cosas que anhela se tardan demasiado, sin darse cuenta que anhela su propia destrucción. Pero ese mismo anhelo es su esencia, el espíritu de los elementos que, habiéndose hallado prisionero dentro de la vida del cuerpo humano, desea incesantemente regresar a su fuente.

Debo decirte que éste mismo anhelo en la esencia inherente a su naturaleza, es parte de su propia belleza.

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viernes, mayo 22, 2015

Soltar la Cuerda

Tshunulama era una muchacha que sentía su corazón esclavizado por una relación de amor. Y por más lágrimas que sus ojos derramaban, y por más que su mente le decía que tenía que soltar y nacer a la verdadera independencia, su corazón no sabía cómo salir del torturador apego que padecía. Noche tras noche, tan solo experimentaba un recuerdo obsesivo de aquel ser ante el que se sentía ignorada y humillada.

Tshunulama estaba confusa y frustrada, cada vez comía menos y no mostraba verdadero interés por nada. Así pasaban las horas y los días, atrapada en temores e imágenes pasadas, mientras contemplaba el cielo del atardecer deseando que su vida terminara. Tshunulama sentía que se había convertido en una esclava del recuerdo, agarrada a una cuerda de su memoria que no podía soltar su mano aferrada. Soltar... tan sólo de pensarlo el miedo aterrador la invadía...

Un día aparentemente como otro cualquiera, soñó que saliendo de su corazón, aparecía ante su vista la imagen de un anciano de ojos profundos y de mirada familiar y sabia...
Aquel anciano, dirigiéndose a ella pleno de ternura, le dijo: “Basta, no temas, suelta la cuerda que ata tu vida y esclaviza tu alma.”

“No puedo, es que no puedo” -Respondió Tshunulama- “Me da miedo, caería, siento que me moriría... es superior a mí”...

“No es así”. Contestó él. “Desde que tu corazón se siente esclavo, has dejado de vivir tu propia vida. Tu eres capaz de soltar Tshunulama, cuando así lo hagas, tu sabes en lo más profundo de ti que sentirás un gozo muy intenso y la paz que mereces. Anda, comienza por soltar un dedo”.

“No puedo”, decía ella. “No obstante, ¿podré hacerlo? ¿será seguro? ¿tengo el coraje suficiente? Se preguntaba en pleno conflicto.
De pronto, aprovechando una brisa de esperanza, soltó un dedo y aceptó el riesgo... Al momento, se sintió aliviada al ver que no caía, ni nada terrible sucedía, sino que por el contrario una sensación de libertad y paz acariciaban su alma...
Pero, ¿sería posible mantener aquella paz y felicidad? se preguntaba comenzando a sentir las sombras de las emociones y ataduras viejas...

“Confía en mí, le dijo el anciano, respira hondo y mira en tu interior”...

Tshunulama siguiendo sus indicaciones sintió que podía ver con claridad sus miedos, y con una serenidad inusitada contempló a las partes más ruidosas de su mente proclamando que soltar más la cuerda sería una locura... voces asustadas que le advertían que el hecho de soltar iba en contra de todo lo que había hasta entonces deseado e incluso aprendido... Sentía que si soltaba, lo que en realidad, le esperaba era un oscuro abismo de desamor y soledad.
¿”Deseo realmente la libertad y la autonomía como para arriesgar lo que tanto aprecio”? Se decía. ¿”Cómo puedo estar segura de que no caeré”?

Tshunulama respirando profundamente, comenzó a explorar su miedos y sus deseos ¿Qué era realmente lo que quería de la vida? ¿Cuáles eran sus verdaderos propósitos? ¿Para qué había nacido? Sin darse casi cuenta, su mente se ensanchaba...
Poco a poco, comenzó a sentir sus dedos más sueltos y conforme permitía que algo muy profundo aflojara su mano aferrada, también una corriente de paz y renacimiento brotaba en su alma...
Ya tan sólo quedaba un dedo asido fuertemente a la cuerda que la esclavizaba... una parte de ella le decía que ya debía haberse caído a ese abismo que tanto temía... sabía que soltar ese último dedo era algo que dependía exclusivamente de ella... intuía que sus miedos eran tan sólo fantasmas de su mente, recuerdos de viejas pérdidas, memorias de antiguas heridas que se agolpaban y confundían su cabeza.

Confiando en su intuición, aflojó el último dedo y, de pronto, observó que nada sucedía... comprobó que permanecía exactamente donde estaba... y entonces se dio cuenta atónita que había estado todo el tiempo sobre el suelo... todos sus miedos tan sólo habían sido vividos en su mente... podía salir, abrir puertas y ventanas, sentir el horizonte y respirar la fuerza de la vida que en su interior ya circulaba. Todo el Universo renacía en el rostro sonriente de una nueva Tshunulama.
Su corazón era libre y ya podía aprender a sentir qué era el verdadero amor y libertad que intuía su alma.

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lunes, mayo 11, 2015

El Sol en la Rueda de la Medicina

En la Rueda de la medicina el Sol se coloca al este, el lugar donde todo empieza, donde la luz ilumina con sus rayos la existencia de todos los seres, y abre los ojos a la mañana, desde el lejano horizonte en el que se pierde la mirada hasta el punto donde el cielo se curva y acaricia la Tierra. La iluminación representa el poder del Sol y, sobre la Rueda que no tiene nunca fin, el espíritu iluminado toma de nuevo conciencia de su auténtico camino sobre la madre Tierra.


El poder del Sol es también el fuego que enciende el alma, que emerge de nuevo de las extremas sombras del olvido de la cotidiana amnesia para desencadenar la pasión por la vida. El Sol es el inicio, es el gran padre que ilumina el camino hacia Wakan Tanka, es el poder siempre en acción, porque gracias a él la madre Tierra vive y prospera en nuevas formas, celebrando perennemente el misterio eterno de la vida. El Sol da luz a los ojos olvidadizos, disipa los desfallecimientos del corazón y refuerza la voluntad de la mente.

Con el Sol nos aventuramos al descubrimiento de la vida.

Busca la claridad en tus acciones

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viernes, mayo 01, 2015

En Tus Manos

En la antigua Grecia, sede esplendorosa de las ciencias y de las artes, se hallaba un anciano famoso por la lucidez que sus respuestas ofrecían a todo aquel que solicitaba consejo y guía.
Una tarde, el joven estudiante Quirón, conocido por el tono irónico que utilizaba al poner en aprietos a los académicos más notables, decidió ir a escuchar al anciano, para de una forma u otra, poner en entredicho sus ideas.
Cuando llegó al hemiciclo donde éste hablaba, se sentó junto a los que escuchaban y prestó atención con ánimo de encontrar en sus planteamientos la mínima presencia de fallos y grietas.

El anciano decía así: “Nuestros antepasados pensaban que en la vida hay que ver para creer.
Se trata de un principio que suele resumirse en aquella frase que todavía resuena”: “Si no lo veo no lo creo”.
Un gesto de curiosidad se fue dibujando en el rostro de los allí reunidos.

El anciano prosiguió: "Sin embargo si profundizáis en ello, comprobaréis que para el ser humano que ha observado suficientemente su mente, no se trata de ver para creer, sino más bien al revés, de creer para ver.
Nuestras creencias crean la realidad y en consecuencia el hombre autoconsciente elige lo que quiere vivir y, paso a paso, conforma su destino".

Quirón se sintió algo confundido. Por una parte, entendía lo que quería decir el anciano, pero por otra parte, deseaba satisfacer su deseo de ridiculizarlo, así que salió del hemiciclo con el fin de idear una estratagema que lograse su objetivo.
Resultó que pasaba por allí un mercader de pájaros, conocido por apresar una especie de muy pequeño tamaño con ingeniosos cepos de su invención.
Al verlo, Quirón pensó: "Siempre que estoy buscando una solución suele aparecer algo ante mis narices que trae las claves, así que me acercaré a ver esos pájaros y seguro que se me ocurrirá algo".
Cuando vio un pequeño pajarillo que cabía en la palma de su mano, de pronto, se iluminó su mente y se dijo: "Ya lo tengo, tomaré este pajarillo, me acercaré al anciano y le preguntaré delante de todos, si cree que este polluelo que tengo en mi mano cerrada está vivo o muerto. Si me contesta que está muerto, abriré mi mano y lo dejaré volar. Si por el contrario, me contesta que está vivo, lo apretaré con fuerza y lo dejaré caer al suelo. Entonces, dijo con radiante alegría, sus ambiguas teorías acerca del destino se verán devaluadas..."

Así pues, Quirón tomó el pajarillo en su mano y se acercó de nuevo al hemiciclo para interpelar al anciano. Una vez allí y levantando fuertemente la voz, dijo.
Anciano: "Decidme” dijo levantando el puño a la vista de todos, “Tú que pareces saber lo que hay tras las apariencias, responde mi pregunta; ¿el pajarillo que tengo en mi mano, está vivo o está muerto?"
Un silencio tenso se hizo entre todos los allí presentes.

El sabio, mirando a los ojos del joven con una profunda ternura le contestó: "Muchacho, en realidad la Vida y el Destino están en Tus Manos".

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domingo, abril 12, 2015

El Incredulo

A pesar de la ascendencia que la palabra tiene sobre la mente humana, muchas personas dudan de la eficacia del mantra o fonema místico para canalizar la energía mental y motivarse espiritualmente. Tal era el caso de un incrédulo personaje que estaba escuchando a un yogui que declaraba:
Os puedo decir que el mantra tiene el poder de conduciros al Ser.


El hombre incrédulo protestó:
Esa afirmación carece de fundamento. ¿Cómo puede la repetición de una palabra conducirnos al Ser? Eso es como decir que si repitiéramos “pan, pan, pan”, se haría realidad el pan y se manifestaría.

El yogui se encaró con el incrédulo y le gritó:
Siéntate ahora mismo, sinvergüenza.

El incrédulo se llenó de rabia.
Era tal su incontrolada ira que comenzó a temblar, y furioso vociferó:
¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo? ¿Y tú te dices un hombre santo y vas insultando a los otros?

Entonces, con mucho afecto y ternura, el yogui le dijo:
Siento mucho haberte ofendido.
Discúlpame. Pero, dime, ¿qué sientes en este momento?
¡Me siento ultrajado!

Y el yogui declaró:
Con una sola palabra injuriosa te has sentido mal. Fíjate el enorme efecto que ha ejercido sobre ti. Si esto es así, ¿por qué el vocablo que designa al Ser no va a tener el poder de transformarte?

Somete la enseñanza a la experiencia. Los métodos son instrumentos para alcanzar la liberación interior.

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