sábado, mayo 11, 2013

El Mensaje del Arco Iris


Hubo una vez, que los colores del mundo comenzaron a discutir: cada uno de ellos reclamaba que era el más importante, el más útil, el favorito.

VERDE dijo:
"Está claro que yo soy el más importante porque yo soy el signo de vida y de esperanza, me eligieron para la hierba, los árboles, las hojas ... Sin mí, todos los animales no habitarían. Miren el campo y verán que yo estoy en él, en su total mayoría".

AZUL interrumpió:
"Tú sólo piensas en la Tierra, pero considera el cielo y el mar. Es el agua que es la base de la vida y elaborada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio y paz y serenidad. Sin mi paz, todo no sería nada".

AMARILLO se rio entre dientes:
"Todos ustedes son tan graves. Traigo risa, alegría y calor al mundo. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que miras un girasol, el mundo entero comienza a sonreír. Sin mí no habría diversión".

NARANJA comenzó justo a soplar su trompeta:
"Yo soy el color de la salud y la fuerza. Me quiero por ser escaso, pero soy precioso porque sé las necesidades de la vida humana. Llevo las vitaminas más importantes. Piensen en las zanahorias, calabazas, naranjas, mangos y papayas. No aparezco todo el tiempo, pero cuando lleno el cielo en su amanecer o en su puesta de sol, mi belleza es tan única que nadie da otro pensamiento a ninguno de vosotros".

ROJO no pudo soportarlo más:
Él gritó: "Yo soy el gobernante de todos ustedes - yo soy de sangre ... La sangre de la vida. Soy el color del peligro y de la valentía que está dispuesta a luchar por una causa que traer fuego a la sangre, sin mí la Tierra estaría tan vacía como la luna. Yo soy el color de la pasión y el amor de la rosa roja, la flor de pascua y la amapola".

PÚRPURA alzó en toda su estatura:
Era muy alto y habló con gran pompa: "Soy el color de la realeza y el poder de los reyes, jefes y espirituales, siempre me han elegido porque soy el signo de la autoridad y la sabiduría. La gente no me cuestiona, ya que escuchan y obedecen".

Por último, el VIOLETA habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con apenas tanta determinación:
"Crean en mí. Soy el color del silencio. Difícilmente se me nota, pero sin mí todo se convertiría en superficial. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Debe ser para el equilibrio y el contraste, la oración y la paz interior".

Y lo que cada color fue alabándose, cada uno convencido de su propia superioridad. Sus peleas se convirtieron cada vez más fuertes. De repente, hubo un destello de luz brillante, truenos rompían en lo alto. La lluvia empezó a caer serenamente. Cada color se agachó con sumo respeto, acercándose los unos a los otros para confortarse.
Los colores parecían tener miedo, y la lluvia empezó a hablar:
"Ustedes tontos colores, peleándose entre ustedes, cada uno tratando de dominar al resto. ¿No sabéis que se les creó a cada uno para un propósito especial, único y diferente? Únanse de las manos unos a otros y vengan a mí. Haciendo lo que les decían, el color unido y las manos juntas".
La Lluvia continuó:
"De ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de ustedes se estirará a través del cielo en un gran arco de color como un recordatorio de que todos puedan vivir en paz. El Arco Iris es una señal de esperanza del mañana".
Y como siempre que una buena lluvia lava el mundo y un Arco Iris aparece en el cielo, recordaremos apreciarnos los unos a los otros.

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