Cuando sientas helarse tu alegría ante la sonrisa burlona de otro; cuando veas desfallecer tu corazón ante la desgana de los maliciosos; cuando tu ambición se limite a querer lo que todo el mundo quiere; cuando seas prisionero de los demás, del que dirán, revélate y no admitas otro guardián que la pureza de tu propia conciencia.
No dejes que el volante de tu vida lo diriga nada que no se te haya dado por naturaleza.
Si tus límites son el fruto de tus repulsas; si tu todo no es nada porque no está compartido; Si estas vacío por estar demasiado lleno de ti mismo; si eres el prisionero de tu egoísmo… llora sobre los muros de tu vida… maldice tus fronteras… rompe tus cadenas… abraza el mundo que te fue entregado con tus manos liberadas y ruega al amor que no te abandone nunca.
¡Has nacido libre!
Cuando la libertad desaparece, el hombre pierde su razón de existir.
No seas tú, tu propio asesino. No mates con conductas absurdas el regalo que te dieron al nacer.
No valen las excusas baratas y manidas, de que las circunstancias de tu alrededor te han llevado a lo que eres y haces... porque nadie te obliga a destruirte a ti mismo, solo tienes que decir no.
No a que decidan por mí, yo guío mi destino.
No a hacer lo que hacen todos, yo sé lo que quiero.
No a seguir modas estúpidas, yo soy mi modelo.
No a encerrarte en ese círculo vicioso que te hace rodar cuesta abajo, hasta destruirte.
Llénate cada día de esperanza, inhala aires de alegría, bebe copas llenas de optimismo, que te hagan ser ese Ser maravilloso que tienes dentro.
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