Para las culturas ancestrales, la naturaleza y todos los seres vivos son considerados sagrados.
El hombre y la tierra constituyen una unidad indivisible, imposible de comprender el uno sin el otro. Existe una relación intrínseca con la naturaleza: las Plantas, los Animales y las Personas están unidos a la Tierra quién sostiene, da protección y mantiene el equilibrio de la vida.
La forma de operar de los chamanes en las culturas originarias, no era del orden del conocimiento intelectual, sino de tipo experimental, vivencial y de una sabiduría especial.
Sus dones les permitían curar, sanar males, tener clarividencia y entrar en estados de trance que les posibilitaban los viajes de iniciación. Su gran conexión con la naturaleza les permitía apropiarse de las facultades de los animales considerados de poder y de ayuda, logrando ver en la oscuridad, transmutarse en felino-jaguar, o volar con la mirada del águila desde el mundo espiritual.
En las culturas ancestrales se observó un respeto por los animales y en especial por aquellos llamados animales de poder, de quienes se tomaba su energía, su poder su sabiduría natural.
Dentro del chamanismo es natural que el chamán se transforme en su animal de poder, siendo guías espirituales, quienes en las visiones indican el camino a seguir, que hierba curativa utilizar, etc. En la danza chamánica se hace uno con él, adquiriendo su poder, el que utiliza para realizar el viaje en busca de información para la curación.
El animal de poder, dentro de las cosmovisiones antiguas, es un espíritu protector, un guía espiritual, nos muestra el camino a seguir y nos conecta con su fuerza.
Para estas culturas el mundo animal es considerado un conjunto de fuerza y energías potentes de sabiduría, mensajes y sanación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario