Estás rotado. Andas cabeza abajo. En tu habitación, el sur está arriba. Tu cabeza, al norte. Nada más entrar en tu habitación te volteas y andas cabeza abajo. Ya sabes que tienes que re-colocarla con un poco de tiempo y sobriedad. Después de todo, esa rotación ha sido un paso más en el camino. Ahora debes "volver a la normalidad" con lo aprendido.
Estás paralelo al horizonte. Debes ponerte perpendicular al horizonte. Para hacerlo, debes desencantar tu habitación. A tu derecha según caminas por ella, tienes una frondosa enredadera. De un verde sólido y fresco, constantemente produce pequeñas campanillas blancas que al momento, son visitadas por el rocío. Cuando te marees, míralas, siéntete esa enredadera.
Mientras la "arreglas", tienes una habitación auxiliar fuera, en el jardín. Está ubicada entre las raíces de un enorme árbol. El suelo es hierba fresca. Tu somier, es de madera maciza, tu mesilla, un tronco que puedes tallar a tu gusto. En ella siempre tienes una jarra de cristal con agua fresca, que te regala el propio árbol.
¡Tienes trabajo!
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