martes, noviembre 04, 2014

La Rueda de la Vida

El círculo probablemente es el símbolo místico más usado por los nativos americanos. El conocimiento del círculo les permitió penetrar más allá del velo de la ilusión sensorial, delinear la conciencia humana y obtener un entendimiento holístico de su entorno. El círculo proporcionó discernimiento profundo sobre la naturaleza del Ser y los ayudó a lograr una unidad de la mente en forma sistemática. El misticismo de los nativos americanos tiene mucho que ofrecernos hoy en día. Como una guía para el entendimiento personal, es tan universal en nuestra época, como lo fue hace cientos de años.

Las primeras enseñanzas místicas dada a los niños indios se refieren a la percepción y a la ilusión. Un maestro y un grupo de jóvenes indios pueden ir a orar y sentarse en círculo. Cada niño describe el juego de luz sobre la pluma de un águila colocada en el centro de un círculo. Descubren que hay tantos modos de percibir la pluma como hay un puntos en el círculo. Los niños también aprenden que las percepciones individuales son mucho más complicadas que sólo la posición en el círculo.
Los indios enseñaban a sus niños que existe un número ilimitado de formas de percibir cualquier cosa. Toda percepción sensorial es ilusoria. Lo que es importante, no es la naturaleza real de lo que se percibe, sino el entendimiento de nuestras percepciones y las de nuestros hermanos y hermanas. Este círculo o Rueda de la Medicina como es llamado, es el Universo Total y puede ser entendido como el espejo en el que la conciencia del hombre se refleja.
"El Universo es el Espejo de la Gente", dicen los viejos maestros.
... "y cada persona es un Espejo para toda persona".
Cada idea, persona y cosa puede ser vista como un espejo que da al hombre la oportunidad de descubrirse a sí mismo -si éste desea ver su propio reflejo-.

Los Poderes
El misticismo de los nativos americanos enseñaba que cada cosa dentro de la Rueda del Universo, excepto el hombre, sabe acerca de su armonía con todas las otras cosas. Sólo el hombre nace con una perspectiva fragmentada del mundo. Para lograr la armonía debe procurar entender su propio reflejo en los Cuatro Grandes Poderes de la Rueda de la Medicina.
A los indios se les enseñaba que al nacer cada persona está dotada con por lo menos uno de los Cuatro Grandes Poderes: sabiduría, inocencia, iluminación o introspección. El propósito de la existencia espiritual del hombre es obtener los Dones restantes y llegar a ser una persona completa.
Los indios simbolizaron cada don mediante una dirección cardinal, el reflejo de un animal y un color. Por ejemplo, existe Gente-Búfalo, Gente-Ratón, Gente-Águila y Gente-Oso.
Si visualizamos entonces un círculo con un cruz interna, observaremos como se configuran en él, estos cuatro puntos cardinales de la siguiente manera:



Norte
Gente-Búfalo
Sabiduría
Blanco

Sur
Gente-Ratón
Inocencia
Verde

Oriente
Gente-Águila
Iluminación
Amarillo

Occidente
Gente-Oso
Introspección
Negro

Una persona Búfalo nace con el don del intelecto. Su percepción del mundo es primariamente mental. Al igual que el viento del norte y la nieve; sin embargo, una persona Búfalo es fría. Su intelecto le hace una persona sabia, pero sin sentimientos. Una persona Búfalo debe tratar de incluir su corazón en sus decisiones. Primero debe buscar el don del Sur.
Una persona que nace sólo con el don del Sur, percibe el mundo como un Ratón. Debido a sus hábitos, los ratones tienen una relación de contacto y sentimientos íntimos con la Tierra., pero no pueden ver más allá de su visión inmediata.
La Gente-Ratón no puede entender todo lo que ve y siente porque no puede conectar sus experiencias con el resto del mundo. Una persona Ratón puede buscar primero el don del este, la visión hipermétrope del Águila.
La Gente-Águila puede ver claramente, por todas partes y el futuro. Aunque es muy perceptiva, entiende poco lo que ve. La Gente-Águila está "por arriba de todas las cosas" y rara vez toca la Tierra. Se relaciona principalmente con las experiencias externas y tiene poco conocimiento sobre el mundo interno. Una persona Águila debe buscar los dones del Norte, del Sur y del Oeste.
La Gente-Oso del Oeste es introspectiva. Tiende a repasar las mismas ideas una y otra vez en su mente. La Gente-Oso tiene la capacidad de ver dentro de sí misma, pero está tan ocupada con las realidades internas que fracasan en ver, entender y ponerse en contacto con el mundo exterior. Debe buscar los Poderes restantes para conseguir la armonía y el equilibrio.

Para determinar cuales de los Cuatro Poderes eran innatos y cuales se adquirían, los indios adultos evaluaban cuidadosamente el comportamiento de los niños y sus relatos sobre sueños y visiones.
Cuando el niño alcanzaba la adolescencia, los mayores tenían un entendimiento exacto de su lugar de origen en la Rueda de la Medicina. Construían un escudo representando el don de origen de la joven persona y los Poderes que debía buscar para llegar a ser una persona completa.
Esencialmente, el escudo era el mapa de la conciencia del joven que llevaba a todas partes y lo exhibía ante los otros para que lo vieran. De esta manera, los compañeros de búsqueda sabrían acerca de los Poderes y las debilidades inherentes de unos y otros y podían ayudarse mutuamente en su búsqueda espiritual.
Los escudos unieron a la gente india con una filosofía común y una meta común de vivir en armonía con todas las demás cosas en el Universo.

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