Aléjate de esos místicos consumidos por el odio, que adoptan actitud de amigos de la humanidad y predican que la más alta virtud capaz de ser practicada por el hombre es la de no otorgar valor alguno a la vida. ¿Te cuentan que el propósito de la moralidad es refrenar el instinto humano de auto-preservación? Es con el propósito de la auto-preservación que el hombre necesita un código de moralidad. El único hombre que quiere ser íntegro es aquel que desea vivir.
No, no es preciso vivir si no quieres; éste es tu acto básico. Pero si eliges vivir, has de hacerlo como hombre, gracias al trabajo y al discurrir de tu mente.
No, no es imprescindible vivir como un hombre; se trata de un acto de elección moral. Pero no puedes vivir según cualquier otra cosa, y la alternativa es ese estado de muerte viviente que ahora observas en tu interior y a tu alrededor; el estado de algo inadecuado para la existencia, algo no humano y menos que animal; algo que sólo conoce el dolor y que se arrastra en el transcurso de los años en la agonía de una autodestrucción irreflexiva.
No, no es preciso pensar; se trata de un acto de elección moral. Pero alguien ha de hacerlo para mantenerte vivo. Si eliges la omisión, defraudas a la existencia y pasas tu déficit a un ser moral esperando de él que sacrifique su bien a fin de dejarte sobrevivir por tu deficiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario