Pues bien, que se preocupen primero de cómo hacen venir los niños al mundo: esto es mucho más importante que reflexionar sobre las condiciones materiales en las que vivirán.
Afortunadamente cada día hay más médicos, enfermeras, psicólogos, que comprenden la importancia de este periodo durante el cual la madre lleva a su hijo en su seno.
En efecto, ya en el seno de su madre, el niño es un ser dotado de una cierta forma de conciencia; la madre puede, pues, entrar en relación con él y ejercer una influencia sobre él.
Cuando las mujeres se den cuenta de la magnitud de su poder, comprenderán que son más fuertes que todos los medios materiales que puedan habilitarse para hacer frente a las amenazas que pesan sobre el futuro de la humanidad. Este futuro está en sus manos.
Si durante los nueve meses que lleva en su seno a su hijo, la madre se esfuerza en concentrar sobre él sus mejores pensamientos, sus mejores sentimientos y sus mejores deseos, formará un ser que, más tarde, sabrá traer la paz, la armonía y la luz al mundo. Y el padre de este niño debe sostenerla en sus esfuerzos."
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