Buscar la coherencia entre nuestros actos, palabras, pensamientos y sentimientos, preguntándonos cómo vivimos, cómo percibimos el tiempo, ¿podemos disfrutar de nuestro tiempo?, ¿somos dueños de nuestro tiempo?
¿Podemos hacer del tiempo un arte?
¿Somos capaces de vivir en el aquí y ahora? ¿O siempre estamos yendo y viniendo entre pasado y futuro?
Estas preguntas que nos conectan con nosotros mismos, nos hacen poner pausa y pensarlo, meditarlo, hacerlo consciente en este presente.
Muchas veces, vamos inmersos en el tren de la vida cotidiana, cegados por tantas cosas, tantos estímulos, tantas cuentas que pagar y cosas que hacer que olvidamos como disfrutar de los momentos. Entonces llega el estrés, el mal humor, la depresión, etc.
En esos momentos, resulta significativo recordar; recordar la fuerza que anida en nuestro interior, la fuerza vital, aquella que nos trajo a la vida y nos mantiene en ella.
Este es el único momento que existe. Aprovechémoslo para alinearnos con nuestro cuerpo, nuestra mente y espíritu y con Todo lo que nos rodea…
Abramos nuestro 3er. ojo para percibir y transformarnos en “antenas receptoras” y así descubrir cuáles son los aspectos que debemos sanar, cuáles son aquellas cosas que debemos realizar para sanar.
Aprovechemos para soltar un poco el reloj, liberarnos y conectarnos un poco (aunque solo sea un poco) más con nosotros, con lo que nos pasa, con lo que queremos hacer de nuestro tiempo, con aquello que tengamos que sanar. Plantemos la semilla de la paciencia y la perseverancia para llegar exitosos a la trascendencia.
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