Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí,
entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba.
Menos mal que a pesar
de mi esforzada buena educación
siempre había alguien difamándome.
¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó
que la vida no es un escenario!
Desde entonces me atreví a ser como soy.
El árbol anciano me enseñó
que todos somos lo mismo.
Soy guerrero: mi espada es el amor,
mi escudo el humor, mi hogar la coherencia,
mi texto la libertad.
Si mi felicidad resulta insoportable,
discúlpenme, no hice de la cordura mi opción.
Prefiero la imaginación a lo indio,
es decir, inocencia incluida.
Quizá solamente
teníamos que ser humanos.
Sin Amor nada tiene sentido,
sin Amor estamos perdidos,
sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo
transitando de espaldas a la luz.
Por eso es muy importante que sea el Amor
lo único que inspire tus actos.
Anhelo que descubras el mensaje
que se encuentra detrás de las palabras;
no soy un sabio,
sólo un enamorado de la vida.
La mejor forma de despertar
es hacerlo sin preocuparse
porque nuestros actos
incomoden a quienes duermen al lado.
La meta no existe,
el camino y la meta son lo mismo.
No tenemos que correr hacia ninguna parte,
sólo saber dar cada paso plenamente.
Cuando somos más grandes que lo que hacemos,
nada puede desequilibrarnos.
Pero cuando permitimos que las cosas
sean más grandes que nosotros,
nuestro desequilibrio está garantizado.
Quizá sólo seamos agua fluyendo;
el camino nos lo tenemos que hacer nosotros,
no permitas que el cauce esclavice al río,
no sea que en vez de un camino tengas una cárcel.
Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez.
Amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad
que pulula por doquier, infectando almas
y atrofiando corazones.
La gente está tan acostumbrada a ser infeliz,
que la sensación de felicidad
les resulta sospechosa.
La gente está tan reprimida,
que la espontánea ternura
le incomoda y el amor
le inspira desconfianza.
La vida es un canto a la belleza,
una convocatoria a la transparencia.
Os pido Perdón, pero estoy vivo!
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