En la Rueda de la medicina el Sol se coloca al este, el lugar donde todo empieza, donde la luz ilumina con sus rayos la existencia de todos los seres, y abre los ojos a la mañana, desde el lejano horizonte en el que se pierde la mirada hasta el punto donde el cielo se curva y acaricia la Tierra. La iluminación representa el poder del Sol y, sobre la Rueda que no tiene nunca fin, el espíritu iluminado toma de nuevo conciencia de su auténtico camino sobre la madre Tierra.
El poder del Sol es también el fuego que enciende el alma, que emerge de nuevo de las extremas sombras del olvido de la cotidiana amnesia para desencadenar la pasión por la vida. El Sol es el inicio, es el gran padre que ilumina el camino hacia Wakan Tanka, es el poder siempre en acción, porque gracias a él la madre Tierra vive y prospera en nuevas formas, celebrando perennemente el misterio eterno de la vida. El Sol da luz a los ojos olvidadizos, disipa los desfallecimientos del corazón y refuerza la voluntad de la mente.
Con el Sol nos aventuramos al descubrimiento de la vida.
Busca la claridad en tus acciones
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