Técnicas Curativas

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martes, noviembre 13, 2018

Dinero y Conciencia

El dinero se hace antes de que pueda ser arrebatado por un ladrón o solicitado mediante lágrimas, por el esfuerzo de todo hombre honrado, y en la medida de la capacidad de cada cual. El hombre honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido.

Comerciar por medio de dinero es el código de los hombres de buena voluntad. El dinero descansa en el axioma de que cada cual es propietario de su mente y de su esfuerzo. El dinero no permite a ningún poder humano prescribir el valor de un esfuerzo, excepto por elección voluntaria de quien siente deseos de ofrecer el suyo a cambio. El dinero permite obtener por los propios productos y el propio trabajo, aquello que quienes han de adquirirlo consideran apropiado; pero no más.

El dinero no permite otros tratos que aquellos que se llevan a cabo en beneficio mutuo, dentro del recto juicio de ambas partes. El dinero exige el reconocimiento de que el hombre ha de trabajar en beneficio propio, y no en su detrimento; para ganar y no para perder. Equivale a reconocer que el hombre no es una bestia de carga, nacida para transportar el fardo de su propia miseria, que hay que ofrecer valores y no quejas; que el lazo común entre los hombres no es un intercambio de sufrimientos, sino el de mercancías. El dinero exige que se venda; pero no debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razón; exige que se compre, no lo peor que sea ofrecido, sino lo mejor que se pueda conseguir con el propio dinero. Y cuando los hombres viven para el comercio o, con la razón y no la fuerza como árbitro decisivo, el mejor producto es el que gana; el trabajo más perfecto; el hombre de más profundo juicio y más alta maestría. Y el grado que alcance la productividad del hombre será también el de su recompensa. Tal es el código de la existencia, cuya herramienta y símbolo constituye el dinero.

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