Técnicas Curativas

Centro Fénix de Naturopatía tiene el placer de invitarles
a conocer sus técnicas curativas,
probadas y usadas por cientos de miles de personas,
con éxito, en todo el mundo; para el remedio de síntomas como: Depresión, Estrés, Ansiedad.
Dolores musculares y deterioros óseos.
Problemas respiratorios y alergias.
Dependencias y algias





Cel. 2291 185 281 - México

Tels. 680 53 75 56 - 965 78 63 38 - España

Algunas Imágenes de este Blog, han sido sacadas de Internet. Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio, nos lo hacen saber y serán retiradas inmediatamente.

sábado, julio 27, 2019

El Milagro de la Vida

Bienvenido. Y felicidades. Estoy encantado de que pudieses conseguirlo. Llegar hasta aquí no fue fácil. Lo sé. Y hasta sospecho que fue algo más difícil de lo que tú crees. En primer lugar, para que estés ahora aquí, tuvieron que agruparse de algún modo, de una forma compleja y extrañamente servicial, trillones de átomos errantes. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez. Durante los próximos muchos años —tenemos esa esperanza—, estas pequeñas partículas participarán sin queja en todos los miles de millones de habilidosas tareas cooperativas necesarias para mantenerte intacto y permitir que experimentes ese estado tan agradable, pero tan a menudo infravalorado, que se llama existencia.


Por qué se tomaron esta molestia los átomos es todo un enigma. Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, después de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú.) Sin embargo, por la razón que sea, durante el periodo de tu existencia, tus átomos responderán a un único impulso riguroso: que tú sigas siendo tú.

La mala noticia es que los átomos son inconstantes y su tiempo de devota dedicación es fugaz, muy fugaz. Incluso una vida humana larga sólo suma unas 650.000 horas y, cuando se avista ese modesto límite, o en algún otro punto próximo, por razones desconocidas, tus átomos te dan por terminado. Entonces se dispersan silenciosamente y se van a ser otras cosas. Y se acabó todo para ti. De todos modos, debes alegrarte de que suceda. Hablando en términos generales, no es así en el universo, por lo que sabemos. Se trata de algo decididamente raro porque, los átomos que tan generosa y amablemente se agrupan para formar cosas vivas en la Tierra, son exactamente los mismos átomos que se niegan a hacerlo en otras partes. Pese a lo que pueda pasar en otras esferas, en el mundo de la química la vida es fantásticamente prosaica: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, un poco de calcio, una pizca de azufre, un leve espolvoreo de otros elementos muy corrientes (nada que no pudieses encontrar en cualquier farmacia normal), y eso es todo lo que hace falta. Lo único especial de los átomos que te componen es que te componen. Ése es, por supuesto, el milagro de la vida.

Para que estés vivo aquí y ahora, en el siglo XXI, y seas tan listo como para saberlo, tuviste también que ser beneficiario de una secuencia excepcional de buena suerte biológica. La supervivencia en la Tierra es un asunto de asombrosa complejidad.
Constituye un curioso rasgo de nuestra existencia que procedamos de un planeta al que se le da muy bien fomentar la vida, pero al que se le da aún mejor extinguirla.
Una especie media sólo dura en la Tierra unos cuatro millones de años, por lo que, si quieres seguir andando por ahí miles de millones de años, tienes que ser tan inconstante como los átomos que te componen. Debes estar dispuesto a cambiarlo todo (forma, tamaño, color, especie, filiación, todo) y a hacerlo reiteradamente. Esto es mucho más fácil de decir que de hacer, porque el proceso de cambio es al azar.

No sólo has sido tan afortunado como para estar vinculado desde tiempo inmemorial a una línea evolutiva selecta, sino que has sido también muy afortunado —digamos que milagrosamente— en cuanto a tus ancestros personales. Considera que, durante 3.800 millones de años, un periodo de tiempo que nos lleva más allá del nacimiento de las montañas, los ríos y los mares de la Tierra, cada uno de tus antepasados por ambas ramas ha sido lo suficientemente atractivo para hallar una pareja, ha estado lo suficientemente sano para reproducirse y le han bendecido el destino y las circunstancias lo suficiente como para vivir el tiempo necesario para hacerlo.

Leer más...

martes, abril 23, 2019

Jefes y Gobernantes

Mi Pueblo reconocía lo que era un Jefe. La gente lo seguía porque era magnífico. Él nunca ganó unas elecciones ni fue nombrado por ningún gobierno. No es así como llegas a ser Jefe. Era un honor que te ganabas. Y lo ganabas porque durante años habías buscado el Silencio y el Espíritu.

Hay Jefes y hay gobernantes. En el Pueblo Tierra estábamos acostumbrados a los Jefes. Cuando dirigían bien, nos quedábamos con ellos. Dirigir era para nosotros no alejarse del Corazón, y seguir los dictados de la Naturaleza.

El sistema de las civilizaciones modernas convierte a las personas en gobernantes por ley, aún cuando no sean líderes. ¿Cómo puede un calendario decirnos cuánto tiempo es Jefe una persona? Eso es absurdo. Un Jefe es un líder mientras la gente crea en él, y mientras sea la mejor persona para guiarnos.

Un líder es quién ha conquistado el Silencio Espiritual. Y la gente al ver que tus actos son movidos por el Amor al Espíritu, te sigue. Tú sólo puedes ser Jefe mientras la gente te siga.

En el pasado, cuando necesitábamos un curandero que nos guiara, él se convertía en nuestro líder. O quizás necesitábamos un pensador profundo. El guerrero sabía cuándo terminaba su tiempo, y no pretendía ser nuestro líder más allá del tiempo que fuera necesitado. Se sentía orgulloso de servir a su gente, y sabía cuándo era el momento de hacerse a un lado. Él no podía hacerse líder excepto guiando a la gente de la manera como la gente quería ser guiada. La manera del Corazón. Por eso sabíamos ver el que era un líder. La gente lo necesitaba, y la gente lo seguía. Era inteligente. Y entendía lo que el hombre moderno tramaba.

La gente vio que él no podía ser engañado por los hombres que no soportaban reconocer sus verdades, así que lo seguían. Por eso, los que hoy dominan las civilizaciones modernas odian y detestan tanto a los ancestros más sabios. Porque Ellos eran verdaderos líderes y la gente los escuchaban, y Ellos no escuchaban a lo que el mundo de hoy les llaman gobernantes.

Él líder siempre escuchaba las necesidades del Pueblo.

Un Jefe es aquél que piensa en su Pueblo antes que en él. Es preocuparse de la gente y ver que no le falte nada. Es el que toma decisiones con la Mente en su Pueblo, su Cuerpo en contacto con la Tierra y su Corazón en el Cielo.

Nosotros teníamos líderes, no gobernantes. El Jefe era el que buscaba el abrazo de las praderas, porque sabía que abrazar la Tierra era abrazar a su Pueblo.

Lakota

Leer más...

lunes, febrero 25, 2019

La Leyenda del Atrapasueños

Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le habló en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.

Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomó un aro de sauce, del de mayor edad, también tenía plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.
Le habla al anciano acerca de los círculos de la vida, de cómo empezamos la vida como bebés y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde debemos ser cuidadosos como cuando éramos niños completando el circulo.

También Iktomi le dijo mientras continuaba tejiendo su red, que en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas y otras malas, si te encuentras con las buenas fuerzas, ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tú escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimarán y te guiarán en la dirección equivocada.

Él continuó, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza. También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
Mientras la araña hablaba, continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.

Cuando Iktomi terminó de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: observa la telaraña, es un círculo perfecto pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.
Si crees en el gran espíritu, la telaraña atrapará tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.

El anciano Lakota, le contó la visión a su gente, y ahora los indios Sioux usan el atrapasueños como la red de su vida. Éste se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.
Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.

Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.

Cántaro de Agua

Leer más...

domingo, enero 20, 2019

La Inutilidad de la Certeza

Hoy goza de amplia difusión el concepto de que algo pueda estar «científicamente probado». Se trata poco menos que de un oxímoron. El fundamento mismo de la ciencia estriba en dejar la puerta abierta a la duda. Es precisamente el hecho de que sigamos cuestionándolo todo, y muy particularmente nuestras propias premisas, lo que nos mantiene permanentemente dispuestos a introducir mejoras en nuestros conocimientos. La certidumbre no es solo algo inútil, sino también un elemento que, en realidad, resulta dañino —si de verdad valoramos la fiabilidad.

La incapacidad de apreciar el valor de la incertidumbre se halla en el origen de buena parte de nuestra vaciedad social. ¿Tenemos acaso la seguridad de que la Tierra vaya a seguir inmersa en un proceso de calentamiento paulatino si no hacemos nada? ¿Estamos seguros de que son correctos los detalles de la teoría de la evolución actualmente vigente? ¿Podemos afirmar sin lugar a dudas que la medicina moderna es siempre una mejor estrategia que los métodos de curación tradicionales? En todos estos casos la respuesta es negativa. Ahora bien, si tomando como base esa falta de certeza nos plantamos de un salto en la convicción de que lo mejor es no preocuparse del calentamiento global, de que en realidad no existe una evolución, de que el mundo fue creado hace seis mil años, o de que los remedios tradicionales han de ser invariablemente más eficaces que los métodos de la medicina moderna, entonces estaremos comportándonos simplemente de un modo estúpido. Con todo, son muchas las personas que establecen esas inferencias, dado que la ausencia de certidumbre se percibe como un signo de debilidad en lugar de considerarse como lo que es: la fuente primera y más importante de nuestro conocimiento.

Todo saber, incluso el más sólidamente fundamentado, deja un margen a la incertidumbre. El propio conocimiento se revela de naturaleza probabilística —idea que vienen a resaltar algunas de las corrientes del pragmatismo filosófico—. Si lográsemos una mejor comprensión del significado de la noción de «probabilidad» —y, sobre todo, si entendiéramos más adecuadamente que no tenemos necesidad de hechos «científicamente probados» (y que jamás los hemos poseído), sino que nos basta con disponer de lo que disponemos, esto es, de un grado de probabilidad lo suficientemente elevado como para permitirnos el lujo de tomar decisiones— conseguiríamos mejorar las herramientas conceptuales de la gente en general.
Carlo Rovelli
Físico del Centro de Física Teórica de Marsella

Leer más...

jueves, diciembre 13, 2018

Hongos Psilocybe

Un Poquito de Historia...

El uso de hongos psilocybe, cuya presencia está extendida por todo el planeta, está bien establecida en la América donde llegaron los españoles, existiendo pruebas de su uso desde al menos un milenio y medio antes, aunque se presume que sus primeros usos fueron en el mesolítico por su reproducción en ciertas pinturas y eso los situaría en decenas de miles de años antes de la era cristiana.


Su uso fue reprimido por la iglesia católica en América, perviviendo oculto hasta que en 1955 el etnomicólogo y banquero Robert Gordon Wasson consiguió asistir a una “velada” celebrada por la chamana María Sabina, en la Sierra Mazateca en México. De aquella experiencia surgió un artículo, publicado en la revista “Life” en 1957 titulado “En busca de los Hongos Mágicos” que hizo que una generación de jóvenes emprendiera en los años 60 el turismo a esos lugares buscando la experiencia con esos hongos.

También, de aquel encuentro salieron esporas que un micólogo francés consiguió reproducir en su laboratorio en Europa, y que enviadas las muestras a Albert Hofmann -padre del LSD- sirvieron para determinar los compuestos activos ─gracias a la predisposición del químico a experimentar él mismo con fracciones de dichos hongos─ como psilocina y su ester fosforilados psilocibina.

En los años siguientes, Albert Hofmann realizó una visita a la chamana mazateca y le llevó consigo el compuesto que él identificó como responsable del efecto, realizando todos una “velada” con píldoras, que si bien en principio la curandera dijo que no hacían efecto, al subir la dosis de las mismas comprobó que “la medicina prácticamente tenía el mismo efecto que los hongos”.

Es la primera ocasión conocida de la historia en que un descubrimiento que surge del conocimiento etnofarmacológico de los pueblos indígenas llegaba al conocimiento occidental y volvía, en forma de píldoras con el compuesto sintetizado a quien facilitó el conocimiento. María Sabina dijo que guardaría las píldoras, de “Indocibina” del Laboratorio Sandoz, que Hofmann le regaló para cuando los hongos no estuvieran disponibles ─de forma natural─ para ayudar a la gente con su medicina.
Actualmente estos compuestos son objeto de estudio para males como las migrañas o la depresión resistente, así como para otros usos de reducción de la ansiedad y facilitación del proceso en personas que se encuentran en un proceso terminal.

Leer más...

jueves, noviembre 22, 2018

Por Qué Querer Ser Íntegros

Aléjate de esos místicos consumidos por el odio, que adoptan actitud de amigos de la humanidad y predican que la más alta virtud capaz de ser practicada por el hombre es la de no otorgar valor alguno a la vida. ¿Te cuentan que el propósito de la moralidad es refrenar el instinto humano de auto-preservación? Es con el propósito de la auto-preservación que el hombre necesita un código de moralidad. El único hombre que quiere ser íntegro es aquel que desea vivir.

No, no es preciso vivir si no quieres; éste es tu acto básico. Pero si eliges vivir, has de hacerlo como hombre, gracias al trabajo y al discurrir de tu mente.

No, no es imprescindible vivir como un hombre; se trata de un acto de elección moral. Pero no puedes vivir según cualquier otra cosa, y la alternativa es ese estado de muerte viviente que ahora observas en tu interior y a tu alrededor; el estado de algo inadecuado para la existencia, algo no humano y menos que animal; algo que sólo conoce el dolor y que se arrastra en el transcurso de los años en la agonía de una autodestrucción irreflexiva.

No, no es preciso pensar; se trata de un acto de elección moral. Pero alguien ha de hacerlo para mantenerte vivo. Si eliges la omisión, defraudas a la existencia y pasas tu déficit a un ser moral esperando de él que sacrifique su bien a fin de dejarte sobrevivir por tu deficiencia.

Leer más...

domingo, noviembre 18, 2018

Negocios Legítimos


No me hables de negocios legítimos. ¿Qué pasa con todas esas empresas químicas que arrojan toda esa mierda a los ríos y hacen que nazcan esos niños tan deformes?

Como empleado de una empresa, tú puedes decir que no cuando te asignen un trabajo o una tarea que no es ética. No tienes por qué negar el tratamiento de una persona enferma que carece de seguro médico. Nadie te obliga a llamar por teléfono y acosar a una anciana que está agobiada por las deudas. Tú puedes decir no. “No” es una palabra tan poderosa que Gandhi, un hombre bajito pequeño y vestido con harapos, puso de rodillas al poderoso imperio británico pronunciando esa palabra.

Si tienes conocimiento de algunas prácticas empresariales poco honestas y miras para otro lado o dices que “solo cumples con lo que te ordenan”, di ¿dónde está la diferencia? Eres tan culpable como la gente para la que trabajas.

Se observa un nivel de obediencia que resulta perturbador. Un abrumador número de personas buenas han cedido a las presiones de la autoridad y han realizado actos que son crueles y despiadados. Hombres y mujeres que normalmente son responsables y decentes en su vida rutinaria se han visto seducidos por las artimañas de la autoridad.
En el trabajo no existe nadie que pueda enterrarte vivo ni que pueda eliminarte, por esa razón se debe luchar por lo que es justo.

Leer más...

jueves, noviembre 15, 2018

Conseguir la Felicidad

La felicidad es un estado triunfal; el dolor es un emisario de la muerte. La felicidad es ese estado de consciencia que procede de la consecución de los propios valores. Una moralidad que se atreva a decir que se obtendrá la felicidad en la renunciación a la dicha, que se valore aquélla por el fracaso de los valores, es una insolente negación de la moralidad. Una doctrina que dé como ideal el papel de animales para el sacrificio, buscando la muerte en los altares de otros, da la muerte como norma. Gracias a la realidad y de la naturaleza de la vida, el hombre —cada hombre —constituye un fin en sí mismo, existe por sí mismo y la consecución de su propia felicidad constituye su más alto propósito moral.

Ni la vida ni la felicidad pueden conseguirse persiguiendo caprichos irracionales. Del mismo modo que el hombre es libre para intentar sobrevivir de cualquier modo que sea, sin embargo perecerá a menos que viva como su naturaleza requiere, también es libre de buscar su felicidad en cualquier fraude insensato; pero sólo hallará la tortura del fracaso, a menos que busque una dicha adecuada a él. El propósito de la moralidad consiste en enseñar, no a sufrir y a morir, sino a disfrutar y a vivir.

Apartemos de nosotros a esos parásitos de las aulas subvencionadas, que viven gracias al provecho extraído a la mente de otros y proclaman que el hombre no necesita moralidad, ni valores, ni códigos de conducta. Ellos, que adoptan el papel de hombres de ciencia y proclaman que el hombre es sólo un animal, no le otorgan su inclusión en una existencia que han garantizado al más inferior de los insectos. Reconocen que toda especie viviente tiene un modo de sobrevivir, exigido por su naturaleza; no proclaman que un pez pueda vivir fuera del agua o que un perro sobreviva sin su sentido del olfato. Pero, según ellos, el hombre es el más completo de los seres vivientes y puede sobrevivir de cualquier modo; el hombre carece de identidad, de naturaleza, y no existe razón práctica por la que no pueda alentar, aunque sus medios de supervivencia hayan quedado destruidos, y su mente estrangulada y colocada a disposición de cualquier orden que ellos quieran establecer.

Leer más...

martes, noviembre 13, 2018

Dinero y Conciencia

El dinero se hace antes de que pueda ser arrebatado por un ladrón o solicitado mediante lágrimas, por el esfuerzo de todo hombre honrado, y en la medida de la capacidad de cada cual. El hombre honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido.

Comerciar por medio de dinero es el código de los hombres de buena voluntad. El dinero descansa en el axioma de que cada cual es propietario de su mente y de su esfuerzo. El dinero no permite a ningún poder humano prescribir el valor de un esfuerzo, excepto por elección voluntaria de quien siente deseos de ofrecer el suyo a cambio. El dinero permite obtener por los propios productos y el propio trabajo, aquello que quienes han de adquirirlo consideran apropiado; pero no más.

El dinero no permite otros tratos que aquellos que se llevan a cabo en beneficio mutuo, dentro del recto juicio de ambas partes. El dinero exige el reconocimiento de que el hombre ha de trabajar en beneficio propio, y no en su detrimento; para ganar y no para perder. Equivale a reconocer que el hombre no es una bestia de carga, nacida para transportar el fardo de su propia miseria, que hay que ofrecer valores y no quejas; que el lazo común entre los hombres no es un intercambio de sufrimientos, sino el de mercancías. El dinero exige que se venda; pero no debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razón; exige que se compre, no lo peor que sea ofrecido, sino lo mejor que se pueda conseguir con el propio dinero. Y cuando los hombres viven para el comercio o, con la razón y no la fuerza como árbitro decisivo, el mejor producto es el que gana; el trabajo más perfecto; el hombre de más profundo juicio y más alta maestría. Y el grado que alcance la productividad del hombre será también el de su recompensa. Tal es el código de la existencia, cuya herramienta y símbolo constituye el dinero.

Leer más...